El Triángulo de las Bermudas
Algunas personas, creen que las leyes de la física no se aplican en el Triángulo de las Bermudas, y es uno de los únicos dos lugares del mundo donde una brújula no indicará el verdadero norte magnético.
Con los años, cientos de barcos y aviones se han perdido en el área del Océano Atlántico entre Bermuda, Puerto Rico y Fort Lauderdale. Una de las desapariciones más famosas ocurrió en diciembre de 1945, cuando el Vuelo 19 –cinco bombarderos de la Armada de los Estados Unidos- desapareció mientras estaba haciendo ejercicios de entrenamiento.
Una explicación para las misteriosas desapariciones de barcos completos, podrían ser las grandes bolsas de gas, habituales en el lecho marino del área. Cuando el gas sube a la superficie se disuelve en el agua, disminuyendo la flotabilidad y causando que los barcos se hundan.
EL CASO
El Triángulo de las Bermudas, también conocido con el Triángulo del Diablo y el Limbo de los Perdidos, es un área geográfica de 3.900.000 kilómetros cuadrados, situado entre las Islas Bermudas, Puerto Rico y Melbourne (Florida).
Es una zona rodeada por una línea imaginaria que va desde Florida a las Bermudas y Puerto Rico, y luego retrocede otra vez a Florida. En este famoso Triángulo han ocurrido muchas desapariciones misteriosas de buques, aviones y personas. Uno de los incidentes más raro (y uno de los más conocidos), ocurrió durante un corto vuelo a la Isla del Gran Turco, en Las Bahamas.
El caso es el siguiente: Helen Cascio, experta piloto, pilotaba su "Cessna 172" y se aproximaba a la isla. La torre de control le iba facilitando las instrucciones. Después de conectar varias veces, en una de ellas, Helen no respondió, aunque el canal de la radio estaba abierto. Los operadores de la torre escucharon a la piloto decirle a su único pasajero: "-he debido hacer una falsa maniobra. Esta debería ser Turco, pero ahí no hay nada. No hay aeropuerto. No hay casas. No hay nada..."
Los controladores continuaron, frenéticamente, intentando entrar en contacto con la piloto, pero Helen no los oía. Posteriormente recibieron la que sería última frase que escucharon: "-¿No hay manera de salir de esto?-".
Nunca se encontró la menor huella del avión, de la piloto o del pasajero.